Ni para los expertos es fácil digerir tanta revolución de inteligencias artificiales. 2023 es como un estallido que no cesa.
A mi, en lo particular, me estimula con la misma medida en que me abruma.
Pero creo y estoy convencido que ahora más que nunca debemos ser la tecnología.
¿Qué cómo es eso?
En muy pocas líneas es como convertirse en un agente de creatividad, recursos, combinaciones y convergencias.
¿Muy abstracto aún?
No lo creo.
Con ello lo que quiero decir es que el reto no es medirse con las IAs o armar diques falsos en contra de ellas, sino nutrirse de ellas, comprender cómo trabajan, cómo crean las relaciones, cómo son entrenadas, cómo mastican los datos, como operan los transformers, la tokenización, la atención y todos esos procesos que pueden presentarse ininteligibles y complejos.
Hay que entenderlos... de verdad, es necesario.
¿Por qué?
Insisto en ello por la sencilla razón que entendiendo la tecnología puedo moldear escenarios, crear nuevos o destruir los que no me gusten.
Esa comprensión de las IAs, pese a la sobrada ventaja que nos lleva con entrenamientos astronómicos de data, nos posiciona aún en un nivel de conciencia por encima de ellas.
Sí, todavía el tema de conciencia se debate... y lo sigo con interés, claro, quien no.
Nosotros aún podemos alterar conciencias...
A ver, les comparto una breve anécdota con un pequeño pero preciso y efectivo resultado.
Soy periodista de formación y una cerrera que me trajo tantas felicidades como frustraciones, y me sigue trayendo además.
Necesitaba un monitoreo en tiempo real de las actualizaciones de medios a los que consideraba importantes. Es obvio que uso Feedly, es una app muy potente.
Pero yo sencillamente quería crear un entorno más detallado, personalizado, sólo con lo que me interesaba, una app que se actualizara en el tiempo que yo necesitaba que se actualizara, ni más ni menos, es decir una app hecha a mi medida, para mi uso continuo, para una redacción en la que soy consultor.
Así que lo que hice fue plasmar una necesidad periodística, una experiencia previa que delimitó caminos, unos requerimientos muy particulares y use la IA para que nos tomáramos de la mano en su creación.
Fue bonito...
Y lo mejor, efectivo
Unas 135 línea de código en Python en el back-end y otras 71 en un front-end de HTML más Flask bastaron para lo que quería. No necesitaba más.
Aquí un extracto:
Puede que más adelante sí, pero me valió.
Transformé para mi mundo personal un proceso fastidioso de navegación en una sola ventana sencilla, elegante y que me da que lo busco, actúa como quiero y no se queda con mis datos.
Estamos ya implementando procesos con IAs en la redacción, se hace en todo el mundo.
Vamos a hacer converger nuestras experiencias con ella para convertir, combinar y recombinar.
El objetivo a perseguir es transformarse en la tecnología. En los que hacen las cosas de una determinada manera, con enfoques únicos y diferenciadores.
El camino está lleno de laboratorios, mucha lectura, interpretación y más y más y más experiencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario