ChatGPT no representa una amenaza al periodismo, puesto que, básicamente no puede hacer periodismo. Lo que sí puede hacer la AI es potenciar al periodismo, siempre y cuando se mantengan las metodologías del oficio.
El periodismo, el verdadero, es un proceso de creación donde confluyen desde la ética y la responsabilidad, hasta la creatividad. La redacción o el ensamblaje audiovisual no es más que el producto curado de ese proceso.¿Puede el ChatGPT (Generating Pretraining Transformer) desarrollar una investigación en el terreno, consultar fuentes vivas, contrastar argumentos, precisar gestos, tonos, intenciones, descubrir tensiones?
¿Puede ChatGPT captar las señales de un tejido social para plantear, desde su inteligencia, la denuncia, la conexión de un contexto con otros, u olfatear sencillamente escándalos de corrupción o adelantarse a reconocer una historia impresionante como por ej, la creación de ChatGPT?
Precisamente esas fuerzas netamente humanas basadas en la conciencia y la subjetividad, son los terrenos que aún la AI continúa viendo muy lejanos. Los expertos están divididos, algunos dicen que llegará, otros sencillamente que no. Referencias a este debate destacan en centros de pensamiento e investigación o en publicaciones claves como Vida 3.0 de Max Tegmark, uno de los divulgadores e investigadores más notables del ámbito.
¿Puede corromper chatGPT al periodismo?, lo dudo mucho. Además ya trabajan para funcionalidades detectoras de plagios. Creo que viene a agilizar, a ser una herramienta de soporte y documentación que igualmente habrá que filtrar pese a su indiscutible potencia.
El periodismo, el verdadero, seguirá siendo periodismo. Los periodistas que hagan periodismo serio, estoy seguro darán igualmente la bienvenida a ChatGPT como un revolucionario recurso, pero solo eso, un recurso más.
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