No se conformaban con un solo enfoque, querían varios, querían detalles para comprender todo el cuadro.
Pero también repasaban revistas científicas, emisiones radiales y noticieros televisivos.
Entonces los medios competían, no solo por las historias, sino por ganarse la reputación del buen periodismo.
Aquella carrera empujaba a que brillarán redacciones, nombres de editores, redactores, fotógrafos, reporteros de radio y televisión, equipos científicos, investigadores.
Lo que decían o plasmaban en imagen o papel era de fiar. Así surgieron grandes firmas y figuras en la prensa y en la ciencia de todo el mundo.
El rigor, el grado de detalle, la diversidad de opiniones recogidas, la verificación de los datos, el contraste, eran propulsores individuales que llevaban a periodistas, científicos, economistas, sociólogos, médicos, a cubrirse de la gloria de la credibilidad, la misma que hacía que lectores y público en general buscaran su firma o su presencia para enterarse de algo responsablemente.
De aquello no hace mucho.
No aspiro a hablar de la evolución en la forma de transmitir información en la era de internet. Está más que estudiado y lo vemos a diario.
Aspiro sí a cooperar en las alertas sobre la fragilidad en la formación de criterios y opiniones de las generaciones jóvenes de hoy, propensos a tragar cuanto fake se les atraviesa mientras hacen scroll.
La tarea de salvaguarda no recae solo en los laboratorios antifakes de medios respetados o equipos de investigación, la tarea es de todos.
¿Es acaso complicado explicar a un hijo las formas de verificar y contrastar por sí mismos?
No lo creo.
Me atrevo a dar siete premisas que considero claves y que responden al abordaje de información o acontecimientos que consideraríamos relevante:
》En redes: Enseñarlos a reconocer una fuente fiable de información, sea un medio, un periodista, un centro de investigación, una Universidad, un científico, un estudio avalado, una empresa, o en raras ocasiones, un Gobierno.
》En redes: Enseñarlos a reconocer la fiabilidad de una cuenta o perfil: Número de seguidores, seguidores destacados, enlaces, contenido anterior, links a otros perfiles también verificados de la misma fuente. Antigüedad de la cuenta.
》Contrastar con más fuentes fiables: Enseñarles a salir del entorno de las redes sociales e ir a la web y buscar la misma información en fuentes confiables en páginas de medios, blogs de periodistas, investigadores reconocidos…
》Constatar que hay réplicas de la información en muchos portales fiables como fuentes.
》Dudar de todo contenido si la fuente es un perfil difícil de verificar. Dudar siempre en este caso.
》No hacerse repetidor de vídeos virales sin antes saber si han sido confirmados por fuentes confiables. (La IA ya tiene un control enorme en la manipulación de imágenes y sobran las malas intenciones). Un ejemplo muy reciente de la que considero una catedral del periodismo, la BBC. Difundía reportes de la guerra entre Israel y Hamas, y en la misma nota describía la existencia de vídeos perturbadores con una coletilla: "Otras atrocidades no verificadas, demasiado gráficas para publicarlas, fueron captadas por las cámaras…" https://www.bbc.com/mundo/articles/c25we958pwqo”, a eso llamo responsabilidad.
》Siempre es mejor esperar a un desarrollo amplio que meterse en la ola de las redes como replicador.
Carlos Moreno
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